Mohammed «Mo» Farah, atleta olímpico de origen somalí, reveló recientemente que de niño fue víctima de tráfico infantil. Señaló que una mujer lo sacó de Somalia a los ocho años y lo llevó a Reino Unido, donde fue sometido por ella para trabajar como sirviente doméstico [1].
Mo Farah narró que había sido separado de su madre y se le dijo que lo iban a llevar a vivir con unos familiares que vivían en Reino Unido. La mujer que se lo llevó usó el nombre de otro niño para hacerle un pasaporte falso. Al llegar a Reino Unido le quitó a Mo Farah los datos de contacto de su familia y lo forzó a trabajar. Además lo amenazó y le dijo que no dijera nada si quería volver a ver a su familia [2].
Afortunadamente un maestro de su escuela lo ayudó. Pudo escapar y obtener la ciudadanía británica.
Años después Mo Farah se contactó de nuevo con Aisha, su madre, y pudo reencontrarse con ella en Somalia. Aisha cuenta que ella no estaba enterada de que iban a sacar a su hijo del país, lo que ella hizo fue enviarlo con un tío que vivía en Djibouti para alejarlo de la guerra, y fue entonces cuando perdió el contacto con su hijo.
Es impactante la historia de este atleta, quien fue víctima de tráfico de personas y logró salir de esa situación con ayuda de personas de buena voluntad. Sin embargo, no todas las víctimas de tráfico humano corren con la misma suerte. Es importante que los gobiernos apliquen leyes más estrictas y haya una mejor impartición de justicia para evitar este tipo de delitos.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
