Un estudio reciente reportó que los bebés concebidos mediante tecnologías de reproducción asistida, como la fecundación in vitro (FIV), tienen un 36% más de riesgo de desarrollar defectos cardíacos graves en comparación con los bebés concebidos de manera natural. Aunque los defectos cardíacos suelen ser raros, en los bebés concebidos de manera natural el 1.15% presenta estas enfermedades, contra 1.84% de los bebés concebidos por tratamientos de reproducción asistida. Más aún, cuando resultan en nacimientos múltiples este riesgo aumenta al 2.47%. La investigación, basada en más de 7.7 millones de nacimientos en países nórdicos, también tomó en cuenta factores como la edad materna y antecedentes de salud, y demostró que el riesgo de estos defectos es mayor en los bebés nacidos mediante FIV [1].
La autora principal del estudio, Ulla-Britt Wennerholm, de la Universidad de Gotemburgo, señaló que este conocimiento puede facilitar diagnósticos tempranos y tratamientos oportunos. Además, el estudio sugiere que podría haber una conexión entre los problemas de fertilidad de los padres y los defectos cardíacos en los bebés, independientemente de la tecnología de reproducción utilizada. Dado el aumento global en el uso de FIV, se anticipa un incremento en los casos de defectos cardíacos congénitos, lo que implica un desafío para los sistemas de salud [2].
Los tratamientos de reproducción asistida alteran el proceso natural de concepción, con frecuencia tratan al hijo como un objeto, además, ocasionan que se eliminen numerosas vidas humanas en etapa embrional, y colocan a la mujer bajo una serie de procedimientos que aumentan los riesgos a su salud. Aunado a esto el estudio refleja que el hijo por nacer también está sujeto a riesgos y complicaciones. Ante el anhelo de ser padres, la naprotecnología puede ser de gran ayuda para las parejas que encuentran dificultad para concebir.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
