Esta segunda parte de nuestro blog sobre sexualidad humana profundiza en el valor intrínseco del ser humano, partiendo de la propuesta del personalismo. Te invitamos a ver nuestro programa “Abre tu ojos, cambia tu mundo” en donde Alison González y Marcial Padilla conversan sobre este tema en una charla que titulamos “Sexualidad 101: los fundamentos”. Puedes verla en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=tmLL-pTkRNc

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El valor de ser humano

El personalismo es una propuesta filosófica contemporánea para hablar sobre el ser humano desde una perspectiva en donde se le valora como único, pero también se le valora en su capacidad y llamado a realizarse en su acción libre y a hacer comunidad. El personalismo nace en el siglo XX como una respuesta al conflicto entre el individualismo radical y el colectivismo extremo. El personalismo propone que cada ser humano tiene un valor por sí mismo y se realiza en su actuar libre que trasciende su individualidad. Cada ser humano es persona, lo que significa que cada ser humano es único e irrepetible, racional, y cuenta con libertad para actuar. De hecho la libertad es la mayor expresión de la persona humana.

La persona es inseparablemente material y racional. Es decir, se pueden distinguir estas dos características pero no se pueden separar. Un ejemplo de los extremos que deforman al ser humano es el biologicismo, que reduce a la persona humana solo a su biología. Condicionarla solo a ese aspecto es negar a la persona humana. Por su parte el racionalismo extremo es igualmente nocivo porque no ve a la persona en su totalidad.

El ser humano además no está llamado a la individualidad, en su esencia de ser persona está el ser relacional. 

La sexualidad es uno de los aspectos de la realidad humana. Por su modo de ser sexuado, la persona está intrínsecamente llamada a una relación complementaria con otro ser humano. Esta complementariedad se puede notar de forma visible —pero no exclusiva—, en el aspecto sexuado de uno (el varón) y otra (la mujer).

La persona humana es sexuada en uno de dos modos: varón, o mujer. Toda persona humana es igualmente digna y valiosa, y ese modo de ser refleja su identidad y naturaleza, para realizarse y complementarse.

De esa relación de complementariedad suceden tres cosas:

  1. La realización de la persona humana.
  2. Se crea una comunidad: pasar del “yo” al “nosotros”.
  3. Se está abierto a una trascendencia, pues conlleva la posibilidad de la creación de otra persona humana.

La sexualidad humana en los últimos 100 años ha ido viviendo una tendencia y una tensión. Por un lado encontramos a quienes proponen conocer, comprender y recorrer placentera y plenamente su sexualidad sin separar sus diversos elementos. Implica conocer mejor su biología, su capacidad relacional, su psicología y la expresión social de la propia sexualidad humana.

Por otro lado, existe un debate con una narrativa que transmiten diversos medios de comunicación, instituciones educativas, instancias de gobierno nacional y mundiales para decir que la sexualidad humana es separada en cada uno de sus elementos, y que además llama “libertad” a un caos en la sexualidad.

Esta narrativa que separa el aspecto psicológico del aspecto biológico y del aspecto social de la sexualidad, ocasiona una desintegración de la persona humana.

Por este mismo debate en ConParticipación creemos que es momento de atrevernos a descubrir y reconocer la sexualidad humana sin separar ninguno de sus elementos, aceptando que existen diversos aspectos pero que no son separables ni caóticos entre sí.

La sexualidad humana es un aspecto del ser humano para la realización de la persona, para la relación con otros con la posibilidad de trascender en otro ser humano y construir una comunidad. 

Educación sexual

La educación sexual es educar en el conocimiento de la persona humana sexuada, no solo de su aspecto biológico. Dicho de otra forma: implica conocer y reconocer todos los aspectos de la persona humana sexuada, sin separarlos, y apreciando su naturaleza de realización de la persona en la complementariedad y la trascendencia. Se trata por tanto de conocer y reconocer el aspecto biológico de la sexualidad humana, sin quedarse solamente en el mero conocimiento del cuerpo humano. Es necesario también el conocimiento del aspecto psicológico, social, trascendental. Todo es esencial para una educación sexual que integre a la persona.

Otro punto importante de la educación sexual es aceptar la sexualidad humana como valiosa, y no partir de un debate estéril que llame a todo “bueno” o “malo”, sino como valioso en sí mismo. Lo que resulta bueno o malo es cómo se acepta la propia sexualidad que está en manos de nuestra libertad.

Finalmente, la educación sexual es una educación para la vida, por lo tanto, debe estar orientada para la toma de decisiones en un aspecto importante de la vida: es la faceta en donde una persona construye la primera y más íntima comunidad con otro ser humano, en donde se aporta todo y se recibe todo de la intimidad de su ser persona.

En ConParticipación creemos que los debates que se dan en torno al aborto, el control de la natalidad, la diversidad sexual, etc., se convierten en debates en lugar de diálogos constructivos porque no tenemos una aproximación íntegra y valiosa sobre el ser humano y su sexualidad.

ConParticipación

Fuentes:

“Sexualidad 101: los fundamentos”, transmisión del programa “Abre tus ojos, cambia tu mundo” del 15 de julio de 2024. En: https://www.youtube.com/watch?v=tmLL-pTkRNc